lunes, mayo 28, 2007
Aldo Pellegrini
Poeta, ensayista y crítico de arte argentino nacido en Rosario en 1903.
Después de cursar sus primeros estudios se trasladó a Buenos Aires en 1922 para graduarse como médico.
Es uno de los iniciadores del vanguardismo de su país junto a Enrique Pichon-Rivere, Francisco Madariaga y Enrique Molina, entre otros.
Fundador de la revista Qué, nunca ahorró esfuerzos para fomentar todas las actividades relacionadas con el arte y la literatura.
Es autor de la «Antología de la poesía surrealista de lengua francesa» 1961, «Antología de la poesía viva latinoamericana» 1966 y de «Panorama de la pintura argentina» en 1965.
Entre sus libros de poesía se cuentan: «El muro secreto» en 1949, «La valija de fuego» en 1953, «Construcción de la destrucción» en 1957, «Distribución del silencio» en 1966, y «Escrito para nadie» en 1973.
El conjunto de su obra fue editado en 2002 con el título de «La valija de fuego».
Falleció en 1973.
TODO TE NOMBRA
Las trayectorias opuestas se encuentran se
abren los muslos temerosos
el amor arranca sus raíces del sueño
una nube se cierne sobre el párpado
el gran señor de la mañana dormita
La noche atraviesa el puente el carruaje
extraviado de los que despiertan se detiene
en el punto donde se acumulan los murmullos
un árbol de frío eleva su voz colérica
la mirada de la angustia despliega sus reflejos
todo te nombra
La inmovilidad del río el barquero espera
las luces acuden en socorro de la fiesta del corazón
el deseo de la mujer es un grito el coro
de las damas elegantes en la nebulosa de la dádiva
se consume el temor rueda
la despiadada cadena de los visitantes lentamente
se purifica la esclavitud los nervios abiertos
recogen las intenciones extrañas el hábito
del perseguidor la aparición
de un vago suicidio en la mañana de los lamentos
el definitivo
exterminio de los sollozos la estrella torturadora y
el mago de la alta sombra
portador de la palabra lacerante
te nombra.
Después de cursar sus primeros estudios se trasladó a Buenos Aires en 1922 para graduarse como médico.
Es uno de los iniciadores del vanguardismo de su país junto a Enrique Pichon-Rivere, Francisco Madariaga y Enrique Molina, entre otros.
Fundador de la revista Qué, nunca ahorró esfuerzos para fomentar todas las actividades relacionadas con el arte y la literatura.
Es autor de la «Antología de la poesía surrealista de lengua francesa» 1961, «Antología de la poesía viva latinoamericana» 1966 y de «Panorama de la pintura argentina» en 1965.
Entre sus libros de poesía se cuentan: «El muro secreto» en 1949, «La valija de fuego» en 1953, «Construcción de la destrucción» en 1957, «Distribución del silencio» en 1966, y «Escrito para nadie» en 1973.
El conjunto de su obra fue editado en 2002 con el título de «La valija de fuego».
Falleció en 1973.
TODO TE NOMBRA
Las trayectorias opuestas se encuentran se
abren los muslos temerosos
el amor arranca sus raíces del sueño
una nube se cierne sobre el párpado
el gran señor de la mañana dormita
La noche atraviesa el puente el carruaje
extraviado de los que despiertan se detiene
en el punto donde se acumulan los murmullos
un árbol de frío eleva su voz colérica
la mirada de la angustia despliega sus reflejos
todo te nombra
La inmovilidad del río el barquero espera
las luces acuden en socorro de la fiesta del corazón
el deseo de la mujer es un grito el coro
de las damas elegantes en la nebulosa de la dádiva
se consume el temor rueda
la despiadada cadena de los visitantes lentamente
se purifica la esclavitud los nervios abiertos
recogen las intenciones extrañas el hábito
del perseguidor la aparición
de un vago suicidio en la mañana de los lamentos
el definitivo
exterminio de los sollozos la estrella torturadora y
el mago de la alta sombra
portador de la palabra lacerante
te nombra.
Aldo Pellegrini
Un texto de Aldo Pellegrini
Se llama poesía a todo aquello que cierra la puerta a los imbéciles.
La poesía tiene una puerta herméticamente cerrada para los imbéciles, abierta de par en par para los inocentes.
No es una puerta cerrada con llave o con cerrojo, pero su estructura es tal que, por más esfuerzos que hagan los imbéciles, no pueden abrirla, mientras cede a la sola presencia de los inocentes.
Nada hay más opuesto a la imbecilidad que la inocencia. La característica del imbécil es su aspiración sistemática de cierto orden de poder.
El inocente, en cambio, se niega a ejercer el poder porque los tiene todos.
Por supuesto, es el pueblo el poseedor potencial de la suprema actitud poética: la inocencia.
Y en el pueblo, aquellos que sienten la coerción del poder como un dolor. El inocente, conscientemente o no, se mueve en un mundo de valores (el amor, en primer término), el imbécil se mueve en un mundo en el cual el único valor está dado por el ejercicio del poder.
Los imbéciles buscan el poder en cualquier forma de autoridad: el dinero en primer término, y toda la estructura del estado, desde el poder de los gobernantes hasta el microscópico, pero corrosivo y siniestro poder de los burócratas, desde el poder de la iglesia hasta el poder del periodismo, desde el poder de los banqueros hasta el poder que dan las leyes.
Toda esa suma de poder está organizada contra la poesía.
Como la poesía significa libertad, significa afirmación del hombre auténtico, del hombre que intenta realizarse, indudablemente tiene cierto prestigio ante los imbéciles.
Es ese mundo falsificado y artificial que ellos construyen, los imbéciles necesitan artículos de lujo: cortinados, bibelots, joyería, y algo así como la poesía.
En esa poesía que ellos usan, la palabra y la imagen se convierten en elementos decorativos, y de ese modo se destruye su poder de incandescencia.
Así se crea la llamada “poesía oficial”, poesía de lentejuelas, poesía que suena a hueco.
La poesía no es más que esa violenta necesidad de afirmar su ser que impulsa al hombre.
Se opone a la voluntad de no ser que guía a las multitudes domesticadas, y se opone a la voluntad de ser en los otros que se manifiesta en quienes ejercen el poder.
Los imbéciles viven en un mundo artificial y falso: basados en el poder que se puede ejercer sobre otros, niegan la rotunda realidad de lo humano, a la que sustituyen por esquemas huecos.
El mundo del poder es un mundo vacío de sentido, fuera de la realidad. El poeta busca en la palabra no un modo de expresarse sino un modo de participar en la realidad misma.
Recurre a la palabra, pero busca en ella su valor originario, la magia del momento de la creación del verbo, momento en que no era un signo, sino parte de la realidad misma.
El poeta mediante el verbo no expresa la realidad sino participa de ella misma. La puerta de la poesía no tiene llave ni cerrojo: se defiende por su calidad de incandescencia.
Sólo los inocentes, que tienen el hábito del fuego purificador, que tienen dedos ardientes, pueden abrir esa puerta y por ella penetran en la realidad.
La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea sólo habitable para los imbéciles.
La poesía tiene una puerta herméticamente cerrada para los imbéciles, abierta de par en par para los inocentes.
No es una puerta cerrada con llave o con cerrojo, pero su estructura es tal que, por más esfuerzos que hagan los imbéciles, no pueden abrirla, mientras cede a la sola presencia de los inocentes.
Nada hay más opuesto a la imbecilidad que la inocencia. La característica del imbécil es su aspiración sistemática de cierto orden de poder.
El inocente, en cambio, se niega a ejercer el poder porque los tiene todos.
Por supuesto, es el pueblo el poseedor potencial de la suprema actitud poética: la inocencia.
Y en el pueblo, aquellos que sienten la coerción del poder como un dolor. El inocente, conscientemente o no, se mueve en un mundo de valores (el amor, en primer término), el imbécil se mueve en un mundo en el cual el único valor está dado por el ejercicio del poder.
Los imbéciles buscan el poder en cualquier forma de autoridad: el dinero en primer término, y toda la estructura del estado, desde el poder de los gobernantes hasta el microscópico, pero corrosivo y siniestro poder de los burócratas, desde el poder de la iglesia hasta el poder del periodismo, desde el poder de los banqueros hasta el poder que dan las leyes.
Toda esa suma de poder está organizada contra la poesía.
Como la poesía significa libertad, significa afirmación del hombre auténtico, del hombre que intenta realizarse, indudablemente tiene cierto prestigio ante los imbéciles.
Es ese mundo falsificado y artificial que ellos construyen, los imbéciles necesitan artículos de lujo: cortinados, bibelots, joyería, y algo así como la poesía.
En esa poesía que ellos usan, la palabra y la imagen se convierten en elementos decorativos, y de ese modo se destruye su poder de incandescencia.
Así se crea la llamada “poesía oficial”, poesía de lentejuelas, poesía que suena a hueco.
La poesía no es más que esa violenta necesidad de afirmar su ser que impulsa al hombre.
Se opone a la voluntad de no ser que guía a las multitudes domesticadas, y se opone a la voluntad de ser en los otros que se manifiesta en quienes ejercen el poder.
Los imbéciles viven en un mundo artificial y falso: basados en el poder que se puede ejercer sobre otros, niegan la rotunda realidad de lo humano, a la que sustituyen por esquemas huecos.
El mundo del poder es un mundo vacío de sentido, fuera de la realidad. El poeta busca en la palabra no un modo de expresarse sino un modo de participar en la realidad misma.
Recurre a la palabra, pero busca en ella su valor originario, la magia del momento de la creación del verbo, momento en que no era un signo, sino parte de la realidad misma.
El poeta mediante el verbo no expresa la realidad sino participa de ella misma. La puerta de la poesía no tiene llave ni cerrojo: se defiende por su calidad de incandescencia.
Sólo los inocentes, que tienen el hábito del fuego purificador, que tienen dedos ardientes, pueden abrir esa puerta y por ella penetran en la realidad.
La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea sólo habitable para los imbéciles.
Un texto de Aldo Pellegrini
domingo, mayo 27, 2007
La lluvia
Cuando la lluvia arrecia
debes cuidarte de los alacranes
entran por todas partes
en busca de un refugio
no hacen mal, excepto
si les provocas,
las paredes son húmedas, y
ya no veo como antes,
escribo borroso
el gato ha salido
para darse un festín de insectos
como si fuera un Sanborns
hay buffet, por cierto
no ingieras grasas
evita el café
y las gaseosas, es mejor;
escucha el ruido del agua:
¿escuchas?
la lluvia amainó
saldré a disfrutar
el fresco nocturno,
la sensación de estar viva
el sueño, y el viento;
no escribas poemas de amor
la melancolía provoca
y soy tuya desde siempre
diluída en una noche intemporal
que no existe, y tú
no lo sabes de cierto
lo supones, solamente.
debes cuidarte de los alacranes
entran por todas partes
en busca de un refugio
no hacen mal, excepto
si les provocas,
las paredes son húmedas, y
ya no veo como antes,
escribo borroso
el gato ha salido
para darse un festín de insectos
como si fuera un Sanborns
hay buffet, por cierto
no ingieras grasas
evita el café
y las gaseosas, es mejor;
escucha el ruido del agua:
¿escuchas?
la lluvia amainó
saldré a disfrutar
el fresco nocturno,
la sensación de estar viva
el sueño, y el viento;
no escribas poemas de amor
la melancolía provoca
y soy tuya desde siempre
diluída en una noche intemporal
que no existe, y tú
no lo sabes de cierto
lo supones, solamente.
La lluvia
martes, mayo 15, 2007
Bar Los Cerdos
Un guarura examina mi rostro
me detiene cuando alcanzo una mesa
"no hay servicio" -dice
"ésto es solo para los ricos de la ciudad
y los políticos"
me toma del brazo y me guía rumbo a la salida
junto con otros guaruras
piden que salga
"no hay servicio" -repiten
"están arreglando algunos desperfectos"
mientras los demás comensales
voltean a mirarnos
el café huele muy rico
cuando nos damos cuenta
estamos en el automóvil
cinco guaruras aguardan la salida
de nuestro viejo cacharro.
me detiene cuando alcanzo una mesa
"no hay servicio" -dice
"ésto es solo para los ricos de la ciudad
y los políticos"
me toma del brazo y me guía rumbo a la salida
junto con otros guaruras
piden que salga
"no hay servicio" -repiten
"están arreglando algunos desperfectos"
mientras los demás comensales
voltean a mirarnos
el café huele muy rico
cuando nos damos cuenta
estamos en el automóvil
cinco guaruras aguardan la salida
de nuestro viejo cacharro.
Bar Los Cerdos
Afuera de casa
(Audio en mp3)
Afuera de mi casa se están matando
escucho el tracatracatraca con eco
y yo estoy escribiendo Poemas
mi mujer grita ¡Por Dios, deja éso!
¡Se están matando afuera de casa
los narcos contra los narcos
o sabe Dios que pasa!
¡Maldita sea, deja esa computadora!
yo estoy escribiendo Poemas
Mi mujer pone a Los Doors en la casetera
Escucho el tracatraca y a los Doors
Break on trough, Light my fire
los narcos se están matando
y yo escribo Poemas
escribo sobre una flor
movida por el viento
entonces tocan a la puerta
abro y veo un tipo calvo
con un arma corta en las manos
mi mujer corre a esconderse
el narco parece un niño con un arma
de juguete
no lo puedo creer
estoy escribiendo Poemas
y un narco me apunta con un arma corta
parece un juego de niños
el hombre apunta a la mesa y dispara varios
tiros tracatracatraca rompiendo platos y la
mesa de madera
hace volar pedazos de astillas, un hoyo
en la madera, tengo miedo
no controlo mi temblor de miedo
yo estoy escribiendo Poemas
tracatracatraca
un narco imbécil interrumpe la escritura
y puede matarme.
Afuera de mi casa se están matando
escucho el tracatracatraca con eco
y yo estoy escribiendo Poemas
mi mujer grita ¡Por Dios, deja éso!
¡Se están matando afuera de casa
los narcos contra los narcos
o sabe Dios que pasa!
¡Maldita sea, deja esa computadora!
yo estoy escribiendo Poemas
Mi mujer pone a Los Doors en la casetera
Escucho el tracatraca y a los Doors
Break on trough, Light my fire
los narcos se están matando
y yo escribo Poemas
escribo sobre una flor
movida por el viento
entonces tocan a la puerta
abro y veo un tipo calvo
con un arma corta en las manos
mi mujer corre a esconderse
el narco parece un niño con un arma
de juguete
no lo puedo creer
estoy escribiendo Poemas
y un narco me apunta con un arma corta
parece un juego de niños
el hombre apunta a la mesa y dispara varios
tiros tracatracatraca rompiendo platos y la
mesa de madera
hace volar pedazos de astillas, un hoyo
en la madera, tengo miedo
no controlo mi temblor de miedo
yo estoy escribiendo Poemas
tracatracatraca
un narco imbécil interrumpe la escritura
y puede matarme.
Afuera de casa
domingo, mayo 06, 2007
Hoy estuve aqui
Hoy estuve aqui. En el zócalo, a un costado del asta bandera,
posando desnudo, enmedio, para Tunick.
posando desnudo, enmedio, para Tunick.
Hoy estuve aqui
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