domingo, febrero 20, 2011

Un incidente casero

Balazos muy cerca de mi habitación.
Ladran los perros después de la descarga.
Acelera algún auto. Apago la luz.
Procuro no hacer ruido.
Escribo en Facebook y me tiro en la cama.
Mi mujer no se inmuta.
El tiempo transcurre.
Un tren atraviesa mis sueños.
Subo al tren.
El libro de Poemas de Raymond Carver
viaja conmigo.
Mis amigos esperan en la gran ciudad.
Leeré Poemas con mis amigos
en una calle muy concurrida.
Llevaré un megáfono.
Mi mujer sube al tren.
Dejamos la casa.
El tren se desplaza entre nubes.
Nos comemos las nubes que vamos dejando.
Son algodones con azúcar.
La gran ciudad aparece.
Es enorme. Los pasajeros asomamos
nuestras cabezas
Abordamos después un tren subterráneo.
Donde algunos jóvenes poetas
también declaman su Poesía.
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viernes, febrero 18, 2011

la calle

Manejaba mi automóvil en medio de un tráfico denso
anochecía y descubrí a mi hermano en la banqueta derecha
parecía pensativo, no pude estacionar el auto y seguí de largo
llegué a la tienda de aparatos eléctricos donde pensaba
comprar un cordel para mi guitarra eléctrica, el anterior
estaba roto y además oxidado, había unos chicos aguardando
la reparación de varios cordeles y esperé paciente mi turno
para hablar con el dependiente. Regresé a pie en la calle
oscura para buscar a mi hermano, se había ido, yo estaba cansado
y no quise continuar la búsqueda, me dolían las plantas de los pies
y regresé sobre mis pasos, había pensado comprar algo de comida
para llevarsela pero hice bien en no comprar nada, es difícil
encontrar a mi hermano, todo el día camina y poco está quieto
conozco sus rumbos habituales pero no sus horarios, camina todo
el día, y duerme en un parque, varias veces cambia de parque;
yo regresé por mi automóvil, no tengo seguro y no es confiable
dejarlo en la calle, es tiempo de robos en la ciudad, al menos
podrían abrirlo y extraer el estéreo e intentar arrancarlo,
como me ha sucedido con el viejo volkswagen, varias veces abierto
algunas intentando llevárselo pero siempre ha ocurrido algo y
lo han dejado abierto y hurtado lo que han podido, subí a mi
automóvil justo cuando mi mujer me llamó, quería saber dónde
estoy y si podría llevar a su amiga de regreso a su casa.
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sábado, febrero 12, 2011

En la ducha con Raymond Carver

Entré a la ducha con mi libro de Raymond Carver
pensando en Abigail, el terror que le produjo
ingresar a la Universidad.
"Me comeré las manos" -dijo.
Mientras caía el agua hirviendo sobre mi cabeza
imaginé a mi amiga sin manos, ni brazos
"la Universidad es un campo de concentración,
al que se acude libremente", recuerdo que dijo;
"la Universidad es la cultura de la obediencia
y la práctica de la autoridad", fue mi respuesta.
Leí el poema de la historia de una pluma,
"los campos anegados duermen a la luz de la luna",
escribe Carver;
enjaboné todo mi cuerpo y disfruté del vapor que
emergía
"un ligero viento, y al otro lado de la ventana
los árboles se agitan en el dorado aire de la mañana",
continuaba Carver,
me sequé con la toalla y encendí la secadora de pelo,
"la oscuridad se reune en las ramas.
Quédate dentro. Manténte quieto"
con esta frase, Raymond Carver
concluyó su poema.
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