Ellos construyeron sus templos
con la sangre de nuestros mexicas
así labraron su riqueza
y bebieron nuestro néctar
en vasijas de barro;
la tristeza de hombres y mujeres
fué tan intensa
que mojó la tierra
murió nuestro Dios Quetzalcoatl
murieron nuestros poetas
y los nobles cantos
desaparecieron
y nuestro pueblo
se volvió sumiso
en la derrota.
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