Yo me canso del amor a la patria
del olor a cebolla y
el actuar de los partidos políticos
y de los hombres que viven de ello.
Me cansa la poesía y el escuchar y
leer a poetas y sus razones para
ejercer el oficio.
No asisto a lecturas.
No leo Poesía.
Me canso de vivir como poeta
de escribir poemas, de pensar
en lo que me resta de vida
ejerciendo el oficio.
Me cansa la vista, el corazón
el habla, los hombres y las mujeres
me cansan, el pueblo y y su devenir
cotidiano, el trabajo y la vida
me cansan.
Fatiga el olor a la ciudad, al transporte
urbano, al empleo fijo, a las grandes
tiendas y los grandes espacios de
recreo colectivo.
Fatiga la vida
El amor, el olor a mujer, la voz,
el conocimiento de la historia
de la humanidad, sus guerras y
logros científicos.
Sus grandes hombres, sus grandes anónimos
los grandes criminales o los infortunios no
esperados, la muerte y el hambre.
Cansa el olor a la vida.
A la desaparición humana, al hundimiento
de la especie, a la extinción propia y del
mundo
a éso no le temo ni me cansa saber
que deberíamos extinguirnos por
muchas razones o no son necesarias
razones.
a la extinción de todos nosotros y la
vida en la tierra,
no le temo, ojalá suceda.
jueves, agosto 24, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario