Recuerdo que en España regresaba a casa con el
cerebro hecho caca;
caminaba bastante, como una hora y media
parecía un zombi atravesando el pueblo de Cerdanyola
la Universidad quedaba a un extremo y mi cuarto al otro lado
regresaba en medio de la noche
en medio de la oscuridad
en medio de nada, todo estaba solo, las familias en casa,
o en bares
o en cines
o estacionando los autos
pasaba como un extranjero
de piel morena
caminando
los perros ladraban a mi paso
a veces algunas pandillas de adolescentes tapaban mi camino
a veces algunos novios
a veces algunos jóvenes bebiendo y fumando
tenía miedo, ¿quién no tiene miedo?
pero seguía caminando
de la soledad del campo a la soledad de los callejones
oscuros del centro
del ladrido de los perros a los faros de los automóviles en marcha
del ruido de los pequeños animalejos en despoblado
al ruido de los bares
y las discotecas
y el cine
del paisaje oscuro del campo
mirando un castillo viejo al lado
al paisaje de los edificios de departamentos
las casas particulares en fila
los automoviles de la policía
mirando mis pasos
viéndolos con temor
a ser detenido
llegaba por fin a las plazas iluminadas
a la "C" enorme que es el monumento del pueblo
a la pizzería del centro
a la plaza de los poetas
a la cercanía de casa
al ruido de los autobuses urbanos
el tren de cercanías
el río Seco
el puente sobre el río Seco
la entrada al edificio
el elevador, la puerta, la cerradura de la puerta
entonces entraba, a salvo
con los pies doloridos
el cerebro hecho caca
comía cualqueir pendejada
y me tiro en la cama.
domingo, septiembre 10, 2006
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