Un pobre hombre, -debo entenderlo-
camina pensativo las calles
mirando de reojo los senos
de las mujeres que pasan,
en su interior no puede evitarlo
él desearía tener una mujer
que le dejara acariciar esos senos
y besar los pezones,
tal vez también mamaría
como un niño pequeño
sin asomo de morbo,
solo desea retener la sensación
de mamar esos senos
sin reparo o recato
morder ligeramente el pezón
sin que ella se enoje,
sabe que las tetas son piezas delicadas
que se deben tratar con sumo cuidado,
su propia madre padeció cáncer de seno
y ambos fueron amputados,
después ella murió
sin saber el motivo
pero él piensa que el poco cuidado
que su madre daba a los senos
la llevaron a la tumba,
él recuerda las veces que ella
se dejaba succionar esas tetas
y solo protestaba al sentir el mordizco
en los suaves y dulces pezones
ahora él está solo en el mundo
y mira en la calle un sinfín de mujeres bonitas
con senos hermosos
que las distinguen a una de otra,
los senos dan personalidad a una mujer
y siempre son distintos
en cada persona,
el anillo que rodea a los pezones
es muy especial
los círculos oscuros y amplios
delatan a una mujer pasional,
los pequeños, a una mujer tímida,
los pezones siempre son adorables
y él lo sabe, salir a la calle
siempre es una gran tortura
que lo angustia inmensamente
aún desearia una mujer para él solo
que lo aguarde en la casa
para llegar y besarla
y hacer el amor
como el señor manda,
pero sobre todo besar esas tetas
abrir la boca como antaño lo hacía
con su madre
y devoraba los senos.
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