Simplemente miro cada día la pecera
y a los pececitos vivir todo el tiempo
en la pecera
todo el tiempo en medio del agua
moviendo la cola para trasladarse
de un lugar a otro, filosofando
en lo que es la vida: nacer, vivir y
morir en un medio acuático
cagar delante de todos esos pescados
y los ojos humanos y los gatos que
maúllan, mirar a una pescada y
enamorarse si son afortunados
y tener pescaditos y comérselos
y esperar a la noche en que apagan
la luz, el aire acondicionado y la
bomba que hace ruido y molesta
todo el tiempo, reposar en el
fondo de la pecera en medio del
silencio en el agua, estos momentos
son un regalo del Dios de los pescados
lejos del mundanal ruido en los hogares
humanos, el agua se vuelve turbia,
con oxígeno escaso, el fondo se llena
de mierda, escasea el alimento y
esperas el evento tortuoso del cambio
de agua, limpieza de vidrios, captura
de peces lastimándolos que no entienden
la intención de salvaguardarlos en el
proceso de limpieza, alguna vez un
pez saltó fuera del agua, entonces
comprendió lo que es vivir sin oxígeno
y estar fuera del agua, sin extremidades
adaptadas para el movimiento y entendiendo
demasiado tarde que la muerte es lo único
que aguarda, muerte por falta del vital líquido
que les es indispensable, que los mantiene
vivos, que los hace vigentes, que los justifica
y pierden todo merecimiento a la vida y
comienzan a morir e irán a la basura de la
vida, como todo ser vivo que fué polvo y
en polvo se convertirá.
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1 comentario:
Mi suegra tiene una pecera llena de peces, como vive sóla le alegra a veces.
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