Cada día que pasa llego inevitablemente
a la conclusión
de que debo morir para ser editado
de alguna manera
mi obra no será atendida
si no me reúno con mis compañeros
aún manteniendo el calificativo
de poeta menor, que algunos
enemigos y amigos escépticos
me otorgaron
en general, ninguno de los que me rodean
toma en serio mi trabajo
se mofan de que pierdo el tiempo
y reclaman mi atención
a tareas más provechosas
intrascendentes y comunes
de todas partes presionan
para que deje la actitud
de poeta rebelde;
yo pienso en mis amigos
que han muerto
no puedo hablarles
en momentos como éste
en que la depresión entra en mi cabeza
la soledad viene con ella
el escalofrío y la necesidad
de sentir alguna proximidad
me hacen pensar en mis amigos muertos
hoy hablé con un reportero
acerca de la muerte,
de la manera, por demás natural
que me parece
el reportero, es un buen amigo
tomamos algunas cervezas
después habla de chicas
"a veces me distraen", -le digo
"de hecho, todo el tiempo,
me distraen las chicas".
martes, septiembre 04, 2007
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