Es una estupidez decir que alguien
muere tranquilo,
toda muerte es dolorosa;
fuí a dejar mi programa de radio
enmedio del diluvio;
me topé con un velorio;
entré, para conocer al muerto
y tomar café con licor;
estaba pálido, con algodones
en las fosas nasales;
a pesar de estar recostado
entre almoadones, su rostro
parecía de plástico: duro;
dicen que murió en un accidente
de tráfico;
en la cabina de grabación,
el técnico dijo que tenían desperfectos
"pasaremos su programa en la computadora,
sin embargo, no saldrá al aire".
No importa, pensé.
Al menos, lo escucharán en la cabina.
Me equivoqué. Montaron el automático
y colocaron mi programa en la cola;
después, apagaron la luz,
"vámonos", dijeron;
"no tiene caso permanecer aquí"
salí, y caminé rumbo al auto;
seguía lloviendo, algunas chicas
corrían empapadas, con la falda mojada
y las piernas envueltas en la lluvia
fué dificil salir de la ciudad, y
volver a casa
"¿entregaste tu programa?"
me dijeron;
"sí, lo hice", respondí.
"¿qué quieres para cenar?"
"huevos fritos", dije.
viernes, septiembre 07, 2007
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