De alguna manera
Mario siempre fue mi maestro
Cuauhtémoc, un compañero
Pedro, un hermano
Jesús Luis, un mito viviente
Roberto, una estatua griega
José, mi mejor amigo
Rubén, el aplicado de la clase
Ramón, alguien a quien deseaba conocer
Juan, un dios de la belleza
Pita, siempre alegre
Boris, el hijo de todos
Oscar, un terco valiente
Héctor, el nuevo de la clase
Venado Macías, el eterno aspirante
Alejandro, el marica eterno
el toro anaya, siempre lejos de todo
Mara, un shock en la vida
Raúl Silva, un antropólogo
Piel Divina, el más bello
Vera, la vida en éxtasis
Kyra, la poeta esnob
Darío, un mito discriminado
Tulio, aire fresco
Julián, un intelectual
Orlando, el hacedor de arte
Mario Raúl, un genio
Eduardo, el poeta
Zanabria, una obra de arte
Román, una canción
Rafa, una canción grave
Víctor, el que llega
Rebeca, la que viene y va
Antonieta, la que quiere y no quiere
Pedro M., no lo recuerdo
Bruno, vive en Barcelona
Rosas, el poeta errante
Bañuelos, reina roja
La casa del Lago, MI casa
Elmer, el mejor
y yo,
un imbécil.
lunes, septiembre 10, 2007
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