A veces el hogar te asfixia
te come el aire, te marea y
te provoca vómito;
éso sucedió hoy
he salido a caminar
para sentir el fresco
esperar a la caída de la noche
sobre los hombros helados
el desvanecimiento de la luz
los paseos de los jóvenes
y los rondos de los viejos
hablando del pasado y de
la insensibilidad del clima
uno de ellos te ofrece una
copa de mezcal, en plena calle
para escuchar tu voz, tus
opiniones sobre algo insulso,
la cortesía y el mezcal compran
tu tiempo, charlas con ellos
durante algunos minutos
de puras tonterías, siempre
me han disgustado los borrachos
necesitan del alcohol, para
hablar de ciertas cosas y en
qué manera, perdiendo el control
de sí mismos, recuerdo que alguna
vez bebía con ellos hasta perder
el sentido, amanecía tirado
sin recordar las discusiones
con un dolor intenso en la cabeza
odiaba las crudas, solamente
este odio me hizo dejar la bebida
prefería utilizar el tiempo para
cosas verdaderamente útiles como
escribir poemas, repensar la tarde
y soñar la vida, mirar las chicas
y vivir cada momento como si en
ello te fuera en riesgo la existencia
toda.
martes, septiembre 04, 2007
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1 comentario:
Este poema me ha llegado de verdad ,un saludo.
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