Hoy mi mujer duerme pesadamente
en la planta alta
por el rellano de la puerta
he metido un escorpión
que se desplaza en silencio;
en la sala espero el resultado
de mi actitud maligna
duermo en el sofá
no escucho el grito
-todavía-
la recámara es invadida
por un azaroso silencio
en una bruma oscura,
el escorpión es prieto, oscuro
como la negra noche
avanza rápido
busca la cama de madera
con colchas frondosas
abrazando el piso
mi mujer suele dormir profundamente
subiré al primer grito
de mi esposa, o bien,
de madrugada.
martes, junio 17, 2008
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