En diciembre no sé qué
me arrecia la pesadumbre
la necedad de estar solo
dormir mucho
pensar poco.
Es en diciembre
deseo caminar por encima
de los automóviles detenidos
ante los semáforos en rojo.
Es en diciembre
cuando los antidepresivos
dejan de tener efecto
y se van de vacaciones.
Entonces intento y no puedo
soportar el frío en los pies.
Es en diciembre
porque el mundo va de fiesta
y me vuelve la certeza
de que estaremos muertos.
Es en diciembre y no sé qué.
martes, diciembre 16, 2008
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1 comentario:
Tal vez amigo mío, debieramos regrezar aunque sea en estos días de diciembre a la época en que saltabamos la cuerda.
Hoy, lastimosamente la cuerda la llevamos atada al cuello.
Es por eso que he pedido al viejo de pascua, que me arranque la cabeza de una vez por todas.
Un abrazo
Siempre un placer pasar a saludarte
Rossana
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