El templo del Infrarrealismo
fue la calle, la noche y la Poesía.
Recorríamos el DF borrachos
con los textos en las manos
dormitábamos en parques
donde se planeaba el próximo asalto
a los recitales poéticos oficialistas.
Discutíamos en cuartos de azotea
encima de la ciudad
cobijados por el smog
compartiendo un piso frio
con tequila poesía soberbia poética
escuchando al Bunker Benítez
organizando tertulias
de poesía internacional
en los cafés de chinos,
en los caldos Zenón
las cantinas
y el café La Habana.
Los caballeros infras
resguardábamos el Santo Grial
de la vanguardia infrarrealista
protegiéndonos de la Inquisición
en una ciudad quemada
escribiendo
con el gran Maestro Santiago.
Hoy, los quince apóstoles infrarrealistas
rememoramos fríamente, aún vivos
después de tantas batallas
y de tantos años.
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1 comentario:
ya está listo el NOVENA EXMACHINA., aHI LO revisas.
salute
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