martes, abril 21, 2009

El poeta

Estaba un día dibujando monstruos
deformes en papel cuando,
apareció un poeta ante la puerta,
"he venido a recitar un poema,
para que usted disfrute,
así es que póngase cómodo"
me dijo, metiéndose en la casa,
extrajo unas hojas amarillentas
y comenzó a ejercitar su diafragma
como lo hacen en las películas
los cantantes de ópera;
entonces empezó a mover sus
brazos como aspas de helicóptero
y recitó leyendo "El brindis del
bohemio", "Veinte poemas de amor
y una canción desesperada" y
concluyó su diatriba con "La
duquesa del duque Job";
"estoy seguro que usted se ha
deleitado con estos poemas;
volveré mañana para repetírselos"
prometió, con una gran sonrisa de
satisfacción en el rostro.
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