Mi mujer y yo,
viajamos a la playa.
El día es muy bello, soleado
con mujeres guapas;
bebimos cerveza y
almorzamos mariscos,
sin embargo,
esperaba el momento
del regreso a casa.
Cuando entré en el estudio
encendí la computadora, y
accedí al mundo virtual
con mi avatar favorito
que se quitó la ropa
y caminó hacia el mar
un océano virtual que no moja
con mujeres bellísimas.
El avatar se recostó
sobre un colchón inflable
en el vaivén de las olas;
mientras tanto, yo
detrás de la computadora
totalmente cansado
observo a mi avatar
que se divierte con las chicas.
domingo, abril 05, 2009
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