"El mundo se acabará" lo vimos en las noticias
pero nadie parece darse cuenta, todos viven
como antes, quizá es mejor no darse cuenta.
Así, que el fin de la vida nos inunde, que no
tengamos tiempo de pensar, que nos tome ocupados
ensimismados, sin pensar en nuestros seres queridos,
igual todos morirán, la muerte siempre es terrible,
dolorosa, asimilar que vamos a desaparecer, para
siempre jamás.
Pero todo sigue su curso. Asistí a mi clase de la
Universidad mexicana. Me concentré tanto que perdí
la nociones de tiempo y del espacio.
Allá, en el exterior, las asociaciones que piensan
en el futuro, pretenden exterminarnos.
Crearán otros mundos, con otros habitantes, con más
poder de comunicación, como Dioses, semejantes a
Dioses, pero con más poder.
Al terminar la clase de Alexa, me encaminé al espacio
Náhuatl, ascendí en la pequeña pirámide, para sentarme
mirando el vacío, aislado, triste, vacío.
La soledad como un agujero negro, inmenso, negro,
interminable.
jueves, julio 09, 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario