Mi mujer me prohibió que orine en la taza de baño
"estoy harta de limpiar el sarro que dejas" -dijo.
Salgo entonces a orinar detrás de la casa,
"iré al Banco Hernán Cortés" -le digo,
arranco el automóvil y enfilo a la autopista,
"no hay mucho tráfico, robot953 podría venir conmigo" -pienso,
pero es demasiado tarde, aparco el auto en el estacionamiento,
"deseo un poco de dinero" -le digo a la bella cajera,
"he quedado en invitar a mi esposa y a nuestro robot a un
buen restaurante", -explico,
"¿esta bien con un billete de mil y otro pequeño de 50?"
-me dice,
"si, esta bien" -contesto.
El billete de 50 está cortado en una esquina.
Le falta un pedazo grande, pienso en dejarlo de propina
al buen mesero, hace dos semanas que no paramos en su
restaurante. El lugar queda detrás de las montañas.
Al salir del Banco me despido con un beso,
"que te vaya lindo", -me dice la bella cajera,
en la calle se mueve un poco el auto, está temblando,
"espero que mi esposa y robot953 estén listas",
salir a comer fuera en domingo es una estupenda idea.
domingo, mayo 23, 2010
lunes, mayo 10, 2010
De memes y de temes / la gran conferencia
"Nuestros cerebros poseén un comportamiento de robots"
-le dije,
"somos robots biologicos" -terminé,
"esto es en síntesis lo que diré mañana".
El investigador europeo se me quedó mirando como diciendo:
"¿quién es éste idiota?".
Esto me generó motivos para seguir hablando, dije:
"En nuestro cerebro almacenamos una red de conexiones de neuronas,
el conocimiento y el aprendizaje tienen un fundamento biológico,
no psicológico. Como seres humanos no somos mas que máquinas
reproductoras de memes, en Internet, generamos temes".
Los memes son el equivalente a los genes biológicos,
preservan la cultura entre diferentes generaciones en la
historia. Los temes son replicantes en Internet que preservan
la cultura tecnológicamente sin intervención humana.
El investigador de Europa me veía con cara de quién trajo a
este tonto. Los dos nos enfrentábamos con la misma expresión
directamente: "¿quién trajo a este ignorante?"
Un amigo de Colombia había comentado en mi blog hace días lo
siguiente: "lo que me parece muy inquietante en esta perspectiva
es que como seres humanos no somos mas que máquinas de reproducción
de memes, lo cual deja bastante comprometida nuestra pretención
de individualidad, independencia y autonomía"
En su comentario, también añadió:
"Cuando me miro al espejo, lo que me produce cierto escozor es que,
si en realidad somos máquinas de memes, escapar de esa situación
puede ser una tarea dificil."
Si lo que llamamos conocimiento es un patrón de relaciones en nuestra
red neuronal, el aprendizaje no puede ser entendido como una transferencia
de contenidos, no construimos conocimiento, sino que establecemos nuevos
patrones de relaciones, entonces, la teoria constructivista carece de sentido,
no creamos significados, establecemos patrones de conexiones neuronales.
Si estos procesos son autónomos y tienen un fundamento materialista,
biológico, no existe el yo humano, el motor que nos hace creativos día con día,
somos robots biológicos, autómatas biológicos, no existimos, para nada.
-le dije,
"somos robots biologicos" -terminé,
"esto es en síntesis lo que diré mañana".
El investigador europeo se me quedó mirando como diciendo:
"¿quién es éste idiota?".
Esto me generó motivos para seguir hablando, dije:
"En nuestro cerebro almacenamos una red de conexiones de neuronas,
el conocimiento y el aprendizaje tienen un fundamento biológico,
no psicológico. Como seres humanos no somos mas que máquinas
reproductoras de memes, en Internet, generamos temes".
Los memes son el equivalente a los genes biológicos,
preservan la cultura entre diferentes generaciones en la
historia. Los temes son replicantes en Internet que preservan
la cultura tecnológicamente sin intervención humana.
El investigador de Europa me veía con cara de quién trajo a
este tonto. Los dos nos enfrentábamos con la misma expresión
directamente: "¿quién trajo a este ignorante?"
Un amigo de Colombia había comentado en mi blog hace días lo
siguiente: "lo que me parece muy inquietante en esta perspectiva
es que como seres humanos no somos mas que máquinas de reproducción
de memes, lo cual deja bastante comprometida nuestra pretención
de individualidad, independencia y autonomía"
En su comentario, también añadió:
"Cuando me miro al espejo, lo que me produce cierto escozor es que,
si en realidad somos máquinas de memes, escapar de esa situación
puede ser una tarea dificil."
Si lo que llamamos conocimiento es un patrón de relaciones en nuestra
red neuronal, el aprendizaje no puede ser entendido como una transferencia
de contenidos, no construimos conocimiento, sino que establecemos nuevos
patrones de relaciones, entonces, la teoria constructivista carece de sentido,
no creamos significados, establecemos patrones de conexiones neuronales.
Si estos procesos son autónomos y tienen un fundamento materialista,
biológico, no existe el yo humano, el motor que nos hace creativos día con día,
somos robots biológicos, autómatas biológicos, no existimos, para nada.
De memes y de temes / la gran conferencia
miércoles, mayo 05, 2010
El poema perfecto
Entrevistaron al poeta Vaca Sagrada en el suplemento cultural de un periódico importante
"Has publicado muchos libros, ganado premios internacionales, traducido a varios idiomas,
qué te falta, aún por hacer" -le preguntaron.
Sin inmutarse, el poeta dijo: "me falta escribir un solo poema con el que pueda morir
satisfecho, un verdadero poema."
La reportera insistió: "¿es el poema perfecto?"
"Así es" contestó el poeta Vaca Sagrada, "ese poema no será escrito nunca" -dijo.
Al poeta Edgar Artaud lo entrevistaron en el programa de radio "poesía de los desadaptados"
y le hicieron la misma pregunta: "¿has escrito algún poema, del que se pueda decir que
estás totalmente satisfecho'"
"Claro que sí" -contestó el poeta, "varios poemas", la satisfacción es un sentimiento difuso,
para mí, algunos son perfectos, no así otros, pero estoy en una búsqueda permanente
y lo haré así hasta que muera".
En casa, el poeta Artaud continuó hablando con su gato, "Escribir un poema perfecto es una
demostración de que soy imperfecto, es la prueba total de mi imperfección como poeta,
de la imperfección de los lectores y de la imperfección del mismo poema perfecto".
El gato contestó tranquilamente: "¿no es una contradicción? ¿un poema perfecto es
imperfecto?"
Edgar replicó: "el poema perfecto, si existe, lo es para uno mismo, no para los demás,
porque todos los lectores poseemos conceptos diferentes acerca de la Poesía y los poetas."
"Has publicado muchos libros, ganado premios internacionales, traducido a varios idiomas,
qué te falta, aún por hacer" -le preguntaron.
Sin inmutarse, el poeta dijo: "me falta escribir un solo poema con el que pueda morir
satisfecho, un verdadero poema."
La reportera insistió: "¿es el poema perfecto?"
"Así es" contestó el poeta Vaca Sagrada, "ese poema no será escrito nunca" -dijo.
Al poeta Edgar Artaud lo entrevistaron en el programa de radio "poesía de los desadaptados"
y le hicieron la misma pregunta: "¿has escrito algún poema, del que se pueda decir que
estás totalmente satisfecho'"
"Claro que sí" -contestó el poeta, "varios poemas", la satisfacción es un sentimiento difuso,
para mí, algunos son perfectos, no así otros, pero estoy en una búsqueda permanente
y lo haré así hasta que muera".
En casa, el poeta Artaud continuó hablando con su gato, "Escribir un poema perfecto es una
demostración de que soy imperfecto, es la prueba total de mi imperfección como poeta,
de la imperfección de los lectores y de la imperfección del mismo poema perfecto".
El gato contestó tranquilamente: "¿no es una contradicción? ¿un poema perfecto es
imperfecto?"
Edgar replicó: "el poema perfecto, si existe, lo es para uno mismo, no para los demás,
porque todos los lectores poseemos conceptos diferentes acerca de la Poesía y los poetas."
El poema perfecto
domingo, mayo 02, 2010
El viejo cacharro
Una grúa acomodó un vehículo compacto prácticamente aplastado
en el único lugar visible.
"¿Cómo estás?" -le dijo casi de inmediato, otro vehículo vecino.
"Por las perforaciones, parece que tu chofer fue una víctima
de la Policía o de los maleantes" -añadió.
El vehículo aplastado no contestó, parecía tímido, o
abrumado por el futuro que le aguardaría en el sitio.
Mi viejo cacharro, que se encontraba de visita en el lugar
debido a un reporte de asalto con violencia, intervino
en el diálogo: "¿te duele algo?" -dijo.
El encargado del lote de autos se acercó parsimonioso con un
martillo, parecía dispuesto a desvalijar al nuevo inquilino.
Pero no, se bajó los pantalones y cagó en el piso.
El olor era insoportable, tenías que taparte las narices.
El caso es que yo estaba preso en la procu, o mejor dicho
en las oficinas del departamento de robos con violencia,
esperando a mi mujer, que viniese a atestiguar que yo no
robé su auto, o peor, que sí lo hice.
Mi esposa llegó con un ejército de personas influyentes,
amigos de los amigos del procurador, esposas de los amigos
de los empleados de intendencia en la oficina de robos.
"Mi esposo es diabético, tiene artrosis, tensión elevada
y escribe poemas, si no lo liberan puede morir" -dijo.
Todo era tan sencillo como aclarar de quién era el auto
y quién demonios habría hecho llegar el reporte.
Aparecieron abogados, abogados de los abogados y asesores de
los abogados. Llegó el departamento jurídico de mi Universidad.
El jefe volteó para ver a todos y dijo: "puede irse".
Pero nuestro viejo cacharro se quedó meses y meses a la intemperie,
mientras no aclarasen el motivo del robo.
"¿Qué historias habrás conocido?, viejo cacharro" -le dije
cuando regresamos por él al corralón. "Te contaré algunas,
anciano poeta" -contestó. "pero primero llévame a casa para
tomar una cerveza".
en el único lugar visible.
"¿Cómo estás?" -le dijo casi de inmediato, otro vehículo vecino.
"Por las perforaciones, parece que tu chofer fue una víctima
de la Policía o de los maleantes" -añadió.
El vehículo aplastado no contestó, parecía tímido, o
abrumado por el futuro que le aguardaría en el sitio.
Mi viejo cacharro, que se encontraba de visita en el lugar
debido a un reporte de asalto con violencia, intervino
en el diálogo: "¿te duele algo?" -dijo.
El encargado del lote de autos se acercó parsimonioso con un
martillo, parecía dispuesto a desvalijar al nuevo inquilino.
Pero no, se bajó los pantalones y cagó en el piso.
El olor era insoportable, tenías que taparte las narices.
El caso es que yo estaba preso en la procu, o mejor dicho
en las oficinas del departamento de robos con violencia,
esperando a mi mujer, que viniese a atestiguar que yo no
robé su auto, o peor, que sí lo hice.
Mi esposa llegó con un ejército de personas influyentes,
amigos de los amigos del procurador, esposas de los amigos
de los empleados de intendencia en la oficina de robos.
"Mi esposo es diabético, tiene artrosis, tensión elevada
y escribe poemas, si no lo liberan puede morir" -dijo.
Todo era tan sencillo como aclarar de quién era el auto
y quién demonios habría hecho llegar el reporte.
Aparecieron abogados, abogados de los abogados y asesores de
los abogados. Llegó el departamento jurídico de mi Universidad.
El jefe volteó para ver a todos y dijo: "puede irse".
Pero nuestro viejo cacharro se quedó meses y meses a la intemperie,
mientras no aclarasen el motivo del robo.
"¿Qué historias habrás conocido?, viejo cacharro" -le dije
cuando regresamos por él al corralón. "Te contaré algunas,
anciano poeta" -contestó. "pero primero llévame a casa para
tomar una cerveza".
El viejo cacharro
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