El amor cansa.
Estás sin estar.
Con la mirada perdida.
La mente en blanco.
No escuchas. No piensas.
No puedes concentrarte.
No sabes qué pasa y sí sabes
qué pasa.
Cada minuto aguardas un sí y
un no.
Cada segundo esperas ver a
quien causa este desasosiego.
Miras el teléfono, lo abres.
Buscas los mensajes.
Algún correo.
Alguna voz en el espacio.
Alguna señal.
Nada.
miércoles, julio 14, 2010
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