El escritor Edgar Artaud terminó
de comer su sopa de letras con
alcaparras y ordenó un expreso
triple y otro doble.
El mesero trajo la orden y preguntó
amablemente: "disculpe pero me parece
muy extraño que usted pierda la razón
para vivir, de seguro que piensa en
abandonar la escritura de poemas".
Sin esperar alguna invitación, el
mesero tomó asiento en la mesa y
se bebió el expreso triple y
después el doble.
"Yo también escribo poemas" -dijo.
"Escribo panfletos para protestar
contra todo, incluso en contra de
mí mismo".
El poeta-mesero se levantó presuroso no
sin antes recomendar a Edgar Artaud
que abandonara esa melancolía.
Edgar Artaud se ciñó la máscara
que utiliza para andar en las calles.
El mesero estaba junto a otro cliente
bebiéndose dos expresos triples.
La ciudad permanecía cubierta por una
lluvia fuerte, el agua caía vertical
formando una multitud de puertas de agua.
Tenías que abrir cada puerta de agua
para recorrer las calles.
domingo, agosto 29, 2010
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