Despierto solo en la cama
abrazado a un cojín redondo
con el olor a café quemado
pensando en ti.
Pero usted no piensa en mí.
Hace frío, el peor frío
es levantarse solo.
Es una mala costumbre
quejarse de todo
y mirar la ventana.
Pero no estoy solo.
Tengo mis libros
las redes de Internet,
pero no amigos,
no la tengo a usted.
Si estuviera solo
ya me hubiese arrojado al vacío.
Tengo aún un empleo
y estudiantes que esperan
y pasión por aprender y leer.
Esto no es suficiente,
tampoco escribir
la desolación
es solo mía.
Este poema
es mío
tenerme
no reconforta
necesito un espejo
entrar en él
y hablarme.
lunes, diciembre 20, 2010
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