Estas últimas semanas a mi mujer le ha dado
por invitarme a cenar en una plaza comercial
en un restaurante para adultos mayores
que está al final de un pasillo, mientras camino
agachado para que no me descubran mis amigas
que toman cerveza en el Bar "Cerveza y ruido".
Otras veces mis colegas universitarios
me llevan al mismo restaurante
para hablar de lo que sucede en el mundo
y desaprobar las manifestaciones
y hablar mal de todo y de todos,
después se van satisfechos
a dormir en sus casas
mientras yo regreso al Bar
"Cerveza y ruido".
Pido una bebida en tarro
y leo poemas de algún poeta laureado
la crítica lo señala
como un genio del humor y el absurdo.
Leo sus poemas con atención
pero no encuentro ninguna gracia.
No deberian asesinar a los árboles
para publicar a tan malos poetas.
A pesar de estar ya entrada la noche
descubro a una de mis amigas,
me llama y voy raudo a su mesa.
"Me gustaría escribir un poema en
tu blanca piel" -le digo.
"Cuando salgamos del Bar,
te daré una oportunidad" -me dijo.
lunes, abril 11, 2011
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