jueves, julio 21, 2011

El regalo

Cuando su bella esposa entró en la estancia con un estuche elegante y se lo entregó, Juan Viagra se sintió como el hombre en la película americana que regresaba de Vietnam con las piernas amputadas y la esposa lo aguardaba con un par de calcetines de lana; Juan se ciñó el reloj fino en la muñeca izquierda y su mujer sonrió orgullosa del regalo. En la tarde Juan devolvió el reloj al estuche-caja mortuoria y no volvió a tomarlo más. Juan es adicto a la Internet y los dispositivos móviles, un reloj es monotarea y es por tanto un artefacto inútil. Al morir su esposa, Juan extrajo el reloj del estuche y se lo ciñó de nuevo para recordar con melancolía los buenos tiempos que pasaron juntos.
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