Algunas veces las palabras
dicen justo lo contrario
de lo que aparentemente expresan.
Otras veces las letras no obedecen
y se gobiernan a sí mismas.
O encuentras un grito desesperado
como el último llamado del suicida
que nadie pudo o no quiso entender.
Las palabras traicionan a mansalva
es difícil expresar lo que pide el corazón.
Por ejemplo, en el transcurso de una charla
uno de los amantes introduce
el nombre de alguien distraídamente
y no entenderlo es un error.
A veces el sol disimula su partida entre los árboles
tu corazón oscurece inadvertidamente
hasta que de pronto adviertes
tu amor, tu vida en penumbras.
miércoles, diciembre 28, 2011
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