El dia que fallecí
salió mi cadáver
a mirar el pueblo
caminé entre la gente
y me extrañó encontrar
un vendedor callejero
rodeado de chicas guapas
Vendía Jicaletas:
rebanadas de jícama
cubiertas de chile en polvo
como si fueran paletas.
Entonces se me antojaron
y me arrepentí profundamente
de no haberlas probado
cuando estuve vivo.
En realidad sentí un grano en la lengua
por la gana, de comer una jícama
en palillo de paleta.
Pero ya es inútil
camino sin cuerpo
yo no sé si voy flotando
o solo estoy invisible.
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