Las trampas de Sor Juana
En el confort de una pinche siesta
me veo obligado a abandonar
la relectura de las trampas de la fé
para mirar dos pequeños pezones,
en una bella joven mestiza
que se divierte en el río.
Este sitio es un pequeño modelo
de la vieja Tenochtitlan
el agua del río corre bordeando
una pequeña isleta
a la que llegamos
atravesando un puente.
En ella se suceden
incontables chozas de palma
y mexicanos descalzos
con ropas multicolores
La bella joven mestiza
de ojos verdes
que inhiben
al más pintado,
de pronto ella viene
y pregunta:
¿es suyo el libro?
Si. Contesto.
viernes, abril 14, 2006
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