Hoy salimos con intención de visitar
la casa de Vicente Guerrero
prócer de nuestra Independencia
pero nos detuvimos un poco antes
a mirar el pueblo de lejos.
Entramos a un pequeño bar y
pedimos cerveza y un platillo
combinado de carnes de cerdo.
Estos parajes también los conoció
el ilustre escritor guerrerense
Ignacio Manuel Altamirano
y muchos notables de la época
seguro que algunos de ellos
se metían a las cantinas
y fornicaban con putas.
Eso decíamos, mientras el dueño
del tugurio, muy amablemente
nos alternaba discos de boleros
y nos servía mezcal con cerveza.
Escuchábamos "Cerezo Rosa"
mientras la noche caía como plomo
sobre nuestras cabezas turistas.
Creo que es hora de largarnos
le dije a mi mujer quietamente
aquí no hay ni putas ni borrachos.
Y regresamos rumbo a la carretera
mientras escuchábamos en el tocacintas
música de Sax de Stan Getz.
Y la noche caía como plomo
sobre nuestras cabezas turistas.
miércoles, enero 31, 2007
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