Me puse mi cubrebocas salvaje
y subí al microbús;
el operador apresuró la marcha
"saldremos a toda velocidad" -indicó,
al tiempo de terminar otra cerveza;
los pasajeros nos aferramos a los tubos,
el microbús salió volando,
nos agarramos para no rebotar en el techo,
el microbusero metió el disco de la
gripe del puerco y subió el volumen,
pues se estaba quedando sordo;
una mujer que no acabó de subir,
estalló en gritos;
ésto me recuerda a mi madre,
que viajó así en el microbús,
un día de sus últimos días,
pero la mujer desapareció en la avenida,
el operador intentó llegar a la parada
y golpeados en los brazos y en el culo,
bajamos aliviados del infierno,
salimos con vida de otro viaje.
viernes, mayo 01, 2009
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