A la gripe del puerco
le han cambiado el nombre.
Salimos a la ferretería
para comprar cubrebocas,
mis sobrinas una a una
entraban en la tienda
y pedían mascarillas.
Después hicimos cola
en la fila del Banco.
"Buenos días señora
mascarilla, buenos
días señor cubrebocas,
buenos días buenos días".
Escuché los diálogos
de los cuentahabientes.
"¿Sabía usted que la gripe
ha cambiado de nombre?".
"Arturito se tragó un
teléfono móvil".
"Dios mío, ¿tendremos que
cambiar de cubrebocas?".
"Aquí no recibimos pagos
referenciados".
"Esto es un asalto.
No se mueva nadie".
viernes, mayo 01, 2009
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