Edgar Narco vive en ciudad Quetzal,
es un informante de mafiosos
con aspecto bruto,
pero él es noble y casi analfabeto;
su incultura lo mantiene fiel
a quien le paga, un hombre inculto
es una persona ingenua, débil,
inseguro.
Pero él decidió que no podía
pensar por sí mismo,
es como un perro fiel;
si le sugieren cortar un dedo,
lo hace, no importa a quien.
De vez en cuando lo utilizan
como portero de una casa.
Allí observa cómo entran
personajes importantes;
o de noche, muy noche
descienden de autos oscuros
otros hombres extraños
arrastrando bolsas de lona
con cadáveres.
En sus días libres
suele caminar en la ciudad,
comer en sitios baratos,
mirar los rostros
y el espacio abierto.
Es feliz, pero le falta,
como a todo hombre,
alguna mujer, algún hogar,
un sitio a donde regresar
tranquilamente,
algo que lo haga sentir,
que la vida es simplemente
buena y que merece vivirse.
lunes, enero 11, 2010
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