Vejez digital

La dentadura es digital, los dientes se cuentan como los dedos
de las manos;
al encender la computadora se siente una pesadez agria,
duelen las yemas de los dedos al pulsar el teclado,
esta pesadez se extiende al mirar el viejo correo inbox:
qué flojera eliminar todos esos correos no pedidos pero
filtrar los buenos mensajes de amigos conocidos;
cada semana miro crecer en cientos de nuevos mensajes y
después parecen miles y pronto habrá decenas de miles
de correos mezclados en el inbox;
un poema es digital, se cuentan las palabras,
las letras, los puntos de cada letra, entonces
yo soy un poeta digital con una constitución física analógica,
es por eso que nadie entiende cómo un poeta digital puede
ser tan emocional y locochón al mismo tiempo;
pero esto no es todo sino que realmente es todo,
te miro y me miras, te pregunto, si acaso sabes ke ze te
antoja pa cenar. Kesadiyas, me dices, kesadillas
con un café kaliente hot, largo de kafé.

Vejez digital