Estaba mirando mi programa favorito cuando
"toc toc" se escuchó en la puerta,
"¿quién es?" -pregunté
"soy el gato" -me dijo,
abrí la puerta,
en efecto, era mi gato
"¿qué haces afuera?" -le dije,
es la hora de la siesta.
El gato se dirigió a tomar su almuerzo
que consiste en leche, croquetas y pellejos.
Ésto ocurrió quince días atrás.
Ahora mi gato está muerto
o desaparecido, quizás los maleantes
se lo llevaron, para pedir algún rescate,
que no tengo. Apenas hace dos horas
llamaron a mi casa,
"¿A qué hora su casa está vacía?"
-preguntaron,
"es que deseamos asaltarlos, pero no
queremos lastimar a nadie" -me dijeron.
Éso está bien, pensé, los maleantes,
no suelen ser muy educados.
En la mañana recibimos otra llamada
de algún teléfono privado,
"Queremos su camioneta", dijo una voz ruda.
Y a la vez preguntó si podríamos dejar las
llaves con el guardia de la entrada.
"Tendremos que preguntar por el costo de
otro automóvil usado" -le dije a mi mujer.
En estos tiempos, no sabremos cuándo nos
quedaremos sin vehículo.
domingo, abril 25, 2010
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