domingo, junio 13, 2010

El vómito del gato

El vómito de mi gato todavía permanece en el piso,
está seco, escondido en un rincón de la casa.

Ahora nadie habla del gato que se acurrucaba
en el piso muy cerca de toda la familia.
Las mujeres observaban telenovelas y el gato
parecía mirar la caja negra y luminosa.

Pero yo lo extraño, casi murió en mis brazos
gimiendo, mientras lo apretaba con fuerza,
fue mejor así, que muriese pronto.

Mi mujer entró en la casa y preguntó por el gato,
le dije "está muerto", desde entonces ha evitado
mencionarlo.

La vida sigue en curso, los seres desaparecen
cada día por uno u otro motivo, empero,
surgen vidas nuevas, que también desaparecen.

Así llegó mi gato a nuestra casa,
en una pequeña caja de zapatos.

Luego creció y comenzó a ser una carga,
a provocar molestias, a ser irracional.

Ahora se ha ido, cuando no lo esperábamos,
ingirió veneno, pasó una noche terrible
consumido por el dolor y la angustia.

Cuando lo descubrimos era demasiado tarde,
no hubo médico que lo atendiera y no supimos
interpretar su agonía.

Se murió en mis brazos, casi, y
lo arrojamos al depósito de cadáveres.

Sin detenernos, por la ventanilla,
desde mi viejo auto en marcha.
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