Entré al WC con diez mil libros
mi tortuga se desesperaba
no tenía bits de comida y yo no
me apuraba
"me voy a morir, ¿que no entiendes?"
-repetía parada en la alberca.
Abrí un libro de poemas
de Frank O'Hara y me senté
en la taza del baño,
entonces sonó el teléfono:
"hace treinta años dijiste que vendrías
a comer, ¿no creés que ya es hora?"
-dijo una voz agrietada por el tiempo.
Me apuré, cerré el libro y salí del WC
con los diez mil libros,
"debo cumplir con ésta cita, mi amigo
puede morir de un momento a otro y
yo también" -pensé compungido.
Entré al automóvil con los diez mil libros
enfilé rumbo a la tienda de bits de pescado
a un lado se encuentra un pequeño Bar
me acomodé en un sillón apartado y pedí café,
abrí mi cuenta en las redes sociales
y encontré un mensaje sintomático:
"¿porqué no estuviste en la gran manifestación
de manifestaciones?" -preguntaban.
¿Cómo podría explicar, cómo decirles?
Hacía tanto tiempo que no practicaba el suicidio,
pensé que era oportuno realizarlo ahora
me había bebido dos botellas de Whisky
y ocurrió un temblor trepidatorio
y pensé que estaba a punto de morir.
Pagué la cuenta y entré a la tienda de comida
para tortugas bebés.
miércoles, mayo 11, 2011
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario