Mi mujer llega y dice "mataron a cuatro, exhiben sus cabezas
en las cuatro esquinas del ayuntamiento, clavadas en picas"
compramos el diario local para ver las fotografías
"no es ningún conocido, querido" -me dice sonriente.
Por la tarde un ruido de metralla sacude la casa
y casi enseguida un helicóptero sobrevuela la zona,
es mejor no salir por ahora, los oídos me escosen,
abro el cierre del pantalón, me orino encima del sofá
de la sala, el noticiero de la televisión no menciona
el temblor en Haití, "he puesto el veneno para ratas,
en el piso de la cocina" ayer otra vez descuartizaron
a varios hombres y regaron los pedazos ensangrentados
en el jardín del arte, "comeremos fideos sin jamón,
salmón ahumado y vino dulce", un hombre apuntó su
pistola en el cráneo de alguien y ese alguien contesta
"jala del gatillo, si eres hombre, jala del gatillo"
el hombre jaló del gatillo. Tu bebé entra a gatas
en la cocina y se traga el veneno sin que nadie lo note.
Ayer también, un médico joven arrancó su auto y
pasó por encima de su pequeña hija, la cabecita hizo
crack y el infortunado esposo parecía enloquecido.
Abro la puerta del frigorífico para extraer una lata
de cerveza y tomo un libro de Bukowski que abro al azar,
mientras mi mujer enloquece, leo un párrafo extraño,
"he seguido en twitter, a todas las mujeres que parecen
guapas" -le digo; mi mujer se baja las bragas y se caga
encima del sofá, "ahora no sabremos qué hacer", me dice
llorando. No hago caso, en efecto, el poema termina,
no ha quedado nada ni la puta mierda.
viernes, enero 29, 2010
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