Encontré a mi hermano en la calle, le pregunté
"¿Cuándo vas a morir? Es que deseo ahorrar dinero
para la caja, quiero pagar tu entierro".
Mi hermano es un indigente. No tiene dinero y
tampoco un empleo. Duerme en los parques.
Subí a mi auto y enfilé rumbo a casa.
En el camino encontré un gran tumulto,
los maleantes mataron a otro político.
El pobre gobierno carece de autoridad
y los capos mafiosos deciden.
Los gobiernos son deshonestos
y matan a quienes les incomodan.
Esperé pacientemente a que liberaran el paso.
Cuando arribó un capo mafioso pudimos pasar.
Entré en la casa para ver el fútbol.
Dejé la vida de tres dimensiones.
En dos dimensiones no tenemos maleantes.
Tampoco hambre, ni la muerte tiene sentido.
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2 comentarios:
profundo texto
reflexivo sin duda
cuántos hermanos vemos pasar por la ventana de nuestras vidas y a cuántos realemente prestamos atención?
Hola Licha,
tristemente agradezco tus comentarios...
un beso.
Edgar
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