Mientras escucho una entrevista
de un joven fotógrafo que perdió una pierna
en el medio oriente,
escribo en una red social
una actividad que realizaremos
mis estudiantes y yo,
algo especial que se hubiese
impregnado en la memoria.
Apago la televisión
para no distraerme del trabajo,
destapo una lata de sardinas
que comeré con galletas;
son las 3:56 de la madrugada
tengo encendidas todas las luces
duermo a ratos en el sofá de mi estudio
donde escribo en medio del silencio
estas líneas, pensando en una joven poeta
que me ha robado la razón, el deseo y
la memoria.
lunes, septiembre 06, 2010
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