martes, diciembre 28, 2004

La vida no es tan fácil pero tampoco tan fácil

EdgarHoy asistí a la reunión anual de egresados de las primeras generaciones de Ingenieros en Computación, pero también hoy me enteré del fallecimiento de un amigo común en el grupo infrarrealista, Rodolfo Zanabria, quien ilustró con sus dibujos y pinturas gran parte de las revistas y algunos libros de Poesía Infrarrealista. A la reunión de egresados cada vez vienen menos, somos menos, en el grupo infra también cada vez somos menos. Luego del ascenso, la caída. Mañana viajaré a Cuernavaca para encontrar restos de vida, la sombra de Malcolm Lowry, Bajo el volcán, en erupción. Pero las tragedias se suceden una a otra interminablemente, en todas partes, muertes severamente injustas, crueles y violentas. Un maremoto devastador del que no tomamos conciencia pues ocurre lejos de casa, en otro País. O un hombre nuevamente arrollado en el boulevar de la muerte de mi pequeño Pueblo, sus fotografías en el diario local nos conmueven un poco, no mucho, a menos que fuera parte de nuestro entorno cotidiano. La vida no es tan fácil pero tampoco tan difícil podría decir. No tenemos tiempo de lamentaciones. En la tarde, como un "culturoso burgués", llevo a mi esposa y a Gabriela, nuestra sobrinita, a un paseo en la feria navideña de Chilpancingo. Tomo fotografías inadvertidamente, veo sin mirar, descubro el entorno, escudriño en los rostros, rostros que muestran a la muerte sin premeditarlo, cráneos sin piel, muerte alegre.

Share/Bookmark