miércoles, junio 30, 2010

El hombrecito verde

Llegué a la casa con el rostro en verde
mi mujer exclamó:
"Dios mío, te estás poniendo verde"
"Es que parece que voy a morir" -le dije,
"Pienso retirarme de la vida pública,
no sería una buena idea seguir así" -contesté.

Mi mujer se quedó sin habla,
durante más de veinte años he guiado su automóvil,
la he llevado a todas partes,
no se ve sin mí,
no sería una buena idea que un cadáver manejara.

Pero pienso vivir en los mundos virtuales,
seré una caricatura verde, con una casa enorme
al lado del mar, arena limpia y espacios grandes
para leer libros, escuchar música
y sentarme rodeado de chicas, bebiendo vino
y comiendo quesos azules.

A mi mujer no le pareció tan mala idea,
quizás podría conseguirse un chofer más guapo,
con el dinero de los seguros podría pagárselo,
saldrían de vacaciones cada verano,
sí, no es una mala idea, todos felices.

"¿No podrías ponerte todo verde de una buena vez?"
-me dijo.
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martes, junio 29, 2010

Mi último mundial

Mi último mundial ocurre ahora, en una cantina oscura,
charlando, con algunos amigos, atrapados por el amor
y el alcohol, llenos de humo, sin escuchar lo que dicen.

Tengo el cuerpo seco, débil, viejo, como cáscara.
Sin músculos. En la televisión algunas sombras
corren tras un globo, enfurecidos, como toros, como
leopardos, como zorros, como fieras.

El alcohol te permite olvidar la historia, lo que
ha quedado detrás, las malas decisiones, los malos
amores, los golpes recibidos, las inconsistencias.

Pero también los triunfos, los momentos luminosos
en la cama, en el trabajo, en la oscuridad. Sin embargo
te consume la decepción, la vida fracasada, los malos
poemas, la lluvia intensa, la soledad, el aislamiento.

Mi último mundial ocurre ahora, en la oscura esquina
de una cantinucha, de la que no saldré sino arrastrado,
ciego, en coma inducido, totalmente seco, sin líquido
en el cuerpo, como un árbol desgajado y en olvido.

Mientras los fantasmas huyen de la finitud, es inútil.
Nacimos para el fracaso, para la desaparición,
para la aberración, para la negación, para la muerte.

Derruir la Poesía, quemarla y desaparecer,
eterna, interminable, irremediablemente.
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Mi primer mundial

Nací en 1953. Recuerdo la figura de Pelé y el gol de Carlos Alberto Parreira.
Todavía no cumplía los diecisiete. Jugaba en los llanos. Padecía hambre.
Depresiones. Timidez. Habitaba recursivamente mi cerebro.

Escuchaba los partidos de fútbol por la radio. A veces entraba a una cantina.
Compraba una gaseosa. Veía el fútbol. Cuando todos se descuidaban,
entraba en el televisor, me convertía en una figura en blanco y negro.

Estaba en la cancha. Escuchaba los gritos. Siempre aparecía el mejor jugador
del llano. Recuerdo sus palabras: "échale, échale, échale, esgar..."
No tenía fuelle. Sus palabras conformaron una filosofía para la vida.

El murió acuchillado en la misma cantina. Desde donde entrábamos a los
partidos. Ni siquiera recuerdo su nombre. Nunca he olvidado su figura.
Cuando todos se iban, él se quedaba para tirar al marco. Yo paraba.

Parece que aún lo veo. Creo que se llamaba Antonio, no estoy seguro.

Luego conocí a su hermano pequeño, un chico débil, que jugaba la porteria.
Yo solía entrenarlo con pelotazos al cuerpo.
Tiraba lo más duro que me fuera posible.

Los demás como que veían mal que lo golpeara.

Después él emigró y comenzó a jugar en Veracruz.
Jugó muchos años como defensa izquierdo, lo perdí de vista.

Pero el fútbol me aportó enseñanzas todo el tiempo.
En mi profesión. Como docente. Como poeta.
Me convirtió en un ejemplo. 

Detesto ser el ejemplo. Internamente soy un desquiciado.

Jugué con el equipo de Brasil aquél día glorioso.
Con una emoción incontenible. Inolvidable.

Aún resuena en mis oídos el momento del pase filtrado.
No fue Pelé, ni Tostao, ni Jairzinho. Fui yo.
Yo dí el pase al capitán, un pase al espacio abierto, al hueco.

El pase de la muerte. Era un envío para matar.
Y lo matamos. Lo juro. Lo matamos.
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martes, junio 22, 2010

tristeza

Encontré a mi hermano en la calle, le pregunté
"¿Cuándo vas a morir? Es que deseo ahorrar dinero
para la caja, quiero pagar tu entierro".

Mi hermano es un indigente. No tiene dinero y
tampoco un empleo. Duerme en los parques.

Subí a mi auto y enfilé rumbo a casa.

En el camino encontré un gran tumulto,
los maleantes mataron a otro político.

El pobre gobierno carece de autoridad
y los capos mafiosos deciden.

Los gobiernos son deshonestos
y matan a quienes les incomodan.

Esperé pacientemente a que liberaran el paso.

Cuando arribó un capo mafioso pudimos pasar.

Entré en la casa para ver el fútbol.

Dejé la vida de tres dimensiones.

En dos dimensiones no tenemos maleantes.

Tampoco hambre, ni la muerte tiene sentido.
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domingo, junio 20, 2010

El día del padre

Mi familia decidió festejar el día del padre y
me llevaron al restaurante Tribilín que estaba
saturado de familias con padres.

En todas las mesas servían vasos con vino,
cortesía de la casa, gorros de cartón con
papeletas de colores y vuvucelas para padres.

Ordenamos un plato vegetariano de soya con sabor
a gato horneado y orejas de dulce de piña tipo
maleante acribillado.

Los meseros arribaron a nuestra mesa para cantar
un estribillo: "Feliz cumpleaños papá,
feliz cumpleaños papá".

En las mesas vecinas los padres sonreían complacidos,
se quitaban las dentaduras postizas y las colocaban
en los vasos con vino.

El jefe de meseros pidió silencio y comenzó un discurso:

"Voy a leer para todos ustedes el poema Carta al padre
del poeta Oscar Altamirano" -dijo y comenzó a leer el
poema emocionado.

Después los padres hicimos una fila para saludar y
abrazar a todas las hijas de los otros padres.

Pasamos una tarde fenomenal, el sol nos guiñó un ojo
en el horizonte y sonreía.

Entonces abordamos el automóvil y retornamos a casa.

Esta es la hora en que los mafiosos salen a matar.

Y el restaurante Tribilín cierra sus puertas temprano.
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sábado, junio 19, 2010

Fui al Banco Rico Mac Pato para...

Fui al Banco Rico Mac Pato para pagar algunas deudas.
Tuve que pasar a un costado del depósito de cadáveres
y se me hizo un nudo en la garganta, un agujero profundo
en el pecho, un dolor aguijoneante, una profunda tristeza.

Allí dentro se encontraba el cadáver de mi gato.

Aceleré para olvidar. Entré pronto en la Gran Plaza,
me mojé el rostro con agua fría, fresca.
Luego de pagar mis deudas, me senté para tomar una
gran taza de café "Pedro Covarrubias".

Fijé la vista en un espectáculo de danzas medievales
dirigida por una amiga mía. Ella ensayaba a solas
mostrando su cuerpo esbelto.

Entonces arribaron al sitio cuatro camionetas de la
Policía Federal, con hombres armados que bajaron
sonrientes a comprar un helado de Yogur.

Una camioneta enorme con vidrios polarizados también
aparcó. De ella vi bajar a un capo de la mafia muy
sonriente. Todos lo saludaron.

El capo ordenó un café como el mío, solo que lo pidió
descafeinado para cuidar su diabetes.

Todos veíamos a mi amiga danzando piezas medievales.

Mi amiga tiene las piernas muy largas,
el cabello tan largo como las piernas
y un tatuaje de sirena en la entrepierna.

Hace muchos años un colega me arregló un encuentro
con la bailarina. Me pidió que nos encerráramos dos
días para escribir una coreografía.

"Tú eres poeta y ella es una artista" -dijo.

Así nos conocimos.
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domingo, junio 13, 2010

El vómito del gato

El vómito de mi gato todavía permanece en el piso,
está seco, escondido en un rincón de la casa.

Ahora nadie habla del gato que se acurrucaba
en el piso muy cerca de toda la familia.
Las mujeres observaban telenovelas y el gato
parecía mirar la caja negra y luminosa.

Pero yo lo extraño, casi murió en mis brazos
gimiendo, mientras lo apretaba con fuerza,
fue mejor así, que muriese pronto.

Mi mujer entró en la casa y preguntó por el gato,
le dije "está muerto", desde entonces ha evitado
mencionarlo.

La vida sigue en curso, los seres desaparecen
cada día por uno u otro motivo, empero,
surgen vidas nuevas, que también desaparecen.

Así llegó mi gato a nuestra casa,
en una pequeña caja de zapatos.

Luego creció y comenzó a ser una carga,
a provocar molestias, a ser irracional.

Ahora se ha ido, cuando no lo esperábamos,
ingirió veneno, pasó una noche terrible
consumido por el dolor y la angustia.

Cuando lo descubrimos era demasiado tarde,
no hubo médico que lo atendiera y no supimos
interpretar su agonía.

Se murió en mis brazos, casi, y
lo arrojamos al depósito de cadáveres.

Sin detenernos, por la ventanilla,
desde mi viejo auto en marcha.
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viernes, junio 11, 2010

Tres de tres

Edgar Altamirano
Mónica Gameros
Israel Miranda
Salón de los Azulejos, abasolo 33
Departamento de Difusión Cultural
Universidad Autónoma de Guerrero
Chilpancingo, Gro.
Viernes 11 de junio, 18:00 horas.
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jueves, junio 10, 2010

Las ratas

Mi mujer asesinó al gato,
usó veneno para ratas
en su rico desayuno.

Después me llamó sonriente
y con una sonora carcajada
me sirvió el almuerzo.

Alrededor de la casa veo,
cientos de hormigas muertas
en pequeños montones.

Le pregunto a mi esposa,
que fija en mí,
su vista amenazante.

"Disfruta de tu rico almuerzo,
querido" -me dice.

Presiento una sonrisa macabra,
pero dejo el plato en la mesa.

Camino a gatas rumbo a la puerta,
invadido de una gran angustia.

Me arrastro enloquecido y
atravieso el pórtico de la casa.

Mi mujer se ríe a carcajadas,
endemoniadamente estruendosas.

Y yo comienzo a lamer desesperado,
el veneno de las ratas.
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jueves, junio 03, 2010

plagio

Estaba surfeando en la red, cuando
me topé con un texto mío
en un blog muy extraño
con globitos de colores
moviéndose por todos lados.

Mi poema tenía otro nombre
y otro autor, al final de la
página aparecían derechos de
copyright o como se diga.

Lo extraño del caso
es que era una mujer.

La autora había fallecido
cien años antes
de que yo arribara al mundo.

Decidí buscar en Wikipedia
y allí estaba, poeta de provincias
poco conocida, pero con una gran
cantidad de poemas inconclusos.

En lugar de fotografía,
se encontraba una pintura.

Esto es un misterio,

¿Será alguien de la familia de
mi padre, algún antepasado tuvo
una hija poetisa?

¿O yo habré reencarnado,
para continuar escribiendo?

Esto es muy complicado,
no me quiero meter en honduras.

La mujer es guapa, menos mal,
me pregunto cómo se vería,
si tuviera mi cara en la pintura.
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