domingo, enero 08, 2006

Resequedad

Enmedio de un frío invernal,

la piel de mi cuerpo se transforma
en arena
del desierto.

Los ojos de vidrio ahumado
dejan escurrir
delgados hilos
congelados.

La resequedad
me devora.


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1 comentario:

Anónimo dijo...

El invierno todo lo puede.