Piedad Bonnett, poeta de Colombia en el diario español El País
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De ahí, también, que sus poemas estén siempre atravesados por la pregunta sobre el propio sentido de la poesía. Algo que se acentúa cuando la escritura se enfrenta, como en el poema Campo minado, a la historia de una mujer a la que le estalla una mina mientras, campo a través, lleva en brazos a su hijo. El episodio lo contó en enero pasado el diario El Tiempo, de Bogotá, y Bonnett lo convirtió en unos versos que terminan: "Quiero nombrar aquel escalofrío. / Entonces el poema, / como una flor inútil que entre el estiércol crece, / se quiebra, avergonzado".
¿Puede la poesía dar cuenta de un hecho así? "Sí, claro. Es lo que hace un poeta, dejarse tocar por el mundo y transformar eso en palabras. Y no ser un sentimental, eso lo puede hacer cualquiera. El sentimentalismo es uno de los lastres de la poesía, que se mueve siempre en la frontera entre lo más hondo y lo más cursi". Sólo huyendo del sentimentalismo, insiste, puede escribirse un poema que no se rompa de vergüenza: "Los escritores estamos siempre usando a los demás. Un escritor es un saqueador. A veces la poesía se nutre de cosas muy dolorosas. Y, sí, un poco da vergüenza".
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viernes, enero 16, 2009
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