domingo, noviembre 22, 2009

Lectura en Puebla

Crónica de un poeta mexica

Nos subimos al cacharro y partimos para Puebla.
En Cuernavaca avanzábamos a vuelta de rueda,
así es que decidimos comer en Tepoztlán.
Tacos de chapulines fritos y curados de pulque.
En Puebla todos los hoteles estaban ocupados.
¡Carajo, pero si yo soy el artista! –dije,
¡Voy a presentar mi pequeño libro a las grandes masas!
Cuatro horas más tarde encontramos un cuarto de azotea,
justo cuando sonó el teléfono: “los estamos esperando”;
mi mujer decidió ir al zócalo para escuchar a Frito Páez
en el camino encontramos a los organizadores
-todos estaban allí para escuchar a Frito Páez-
“debes ir al Centro Cultural o se impacientará la audiencia”
-me dijeron;
me ceñí mi máscara del sol y enfilé a la lectura de Poetas,
el sitio parecía vacío, los organizadores se quedaron en la plaza
pero había cerveza y aguardiente dulce, con pasitas,
“tómate una pasita poeta” y comenzamos a beber.
Llegaron las bandas de rock que alternarían con nosotros.
Apareció la droga, los músicos se prendieron y subieron al estrado,
se colocaron máscaras, el sitio parecía tenebroso.
No podías estar de pie, el piso giraba y todos reían
Escuchabas las carcajadas de todos y el sitio era estruendoso
El organizador aprisionó el micrófono y dijo lo siguiente:
“Ahora es el turno de los poetas”, pero nadie hizo caso,
En todas las mesas surgían discusiones sobre temas extraños
El ruido era infernal cuando comenzaron los poetas
En la segunda tanda de lecturas me animé y comencé con
gran intensidad la lectura de mi poema
“Porqué tengo derecho a suicidarme” y
como por arte de magia se calló la audiencia,
todos estaban pendientes de mis versos.
Me concentré en mi lectura, leí para mí, esto fue chingón.
Comencé a improvisar, el organizador apagó el micrófono
Había concluido mi turno y faltaban los demás poetas
Se acabó la magia, caminé al mingitorio y me oriné.
De regreso mi mujer decidió que pasáramos a Tepoztlán.
Comimos chapulines fritos y curados de pulque.
Escuchamos el mismo disco de Pavarotti
y nos subimos al mismo viejo Cacharro.
Estábamos de regreso en nuestra casa.
¿Porque diantres no nos quedamos a vivir en Tepoztlán?
Subiríamos todos los domingos al cerro del Tepozteco
Para fumar un cigarro verde en las alturas
Y mirar el amplio espacio del valle morelense
Fijaríamos la vista en el espacio.
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1 comentario:

Unknown dijo...

Me encanto!!!
Saludos
Ah! hicimos ya algunas portadas pa tu libro cartonero. Creo que seguiremos con ello en quince días. Este sábado nos vamos a Guadalajara pero, también a Cuautla
Te avisamos.
Abrazos
Nayeli