jueves, diciembre 31, 2009

Desempolvando los recuerdos

Tenía nueve libreros de madera. Compré otros tres. Se llenaron. Al acomodar los libros que extraje de cajas de cartón arrumbadas y llenas de telarañas emergieron los recuerdos. Toda una vida. Libros de mi primer trabajo como docente. Era un caza-libros. Viajaba buscando información para mis cursos. Visitaba bibliotecas extrañas. Algunas privadas. Hacia gestiones para tener permiso. Mirar y fotocopiar. Adquiría también todo lo que oliera a mis cursos. Me llenaba de papeles y cajas y libros. Creía que pasaría toda la vida con esa ocupación, con esos temas.
De pronto el cambio. Nuevos libros. Nueva disciplina. Nuevos Cursos. Nuevo posgrado. Nuevos estudios. Y otra vez. Arrumbar lo viejo y acomodar lo nuevo. Me duró poco tiempo. Sucedió otra vez. Arrumbé todo. Me fui del país. Inicié de nuevo un proyecto de vida. Guardé todo en cajas. Dos vidas como docente. Almacenadas. Olvidadas. Tardé nueve años en volver. Con una nueva ocupación. Que no duró tampoco.
Estudié nueve años y laboré en la especialidad algunos pocos años. Cambié de nuevo el rumbo. Arrumbé todo lo nuevo sin abrir lo viejo. No tenía espacio. Cambié de profesión. Inicié una vida nueva. Pero ahora sí. Me instalé en un sitio suficientemente grande para destapar los recuerdos. Doce libreros no fueron suficientes. Pero me lleno de melancolía. Cada libro guarda una historia. Un deseo y una esperanza. Son muchas vidas. He vivido muchas vidas. Veo a la gente que conozco. Me tratan por lo que hago ahora. Desconocen que yo he sido muchas veces. Que he vivido innumerables historias. Que me gana el recuerdo. Ahora. Mirando cada libro, cada engargolado, cada página. Cuántos recuerdos. Cuántas vidas he pasado. Y ahora sigo vivo. Como un niño. Descubriendo cosas nuevas. Empezando a vivir. De nuevo.
Share/Bookmark

1 comentario:

La Bota y la Falda dijo...

Qué hermoso. Tenés razón...a un ser humano lo perciben y admiran u odian por lo que muestra , pero imagina si conocieran al otro. La ventaja tuya esque yo puedo ver (según yo) entre verso y verso y poema y poema al otro Edgar.
Un beso y abrazo desde Chiapas.

M*