domingo, febrero 21, 2010

Bicentenario

El abuelo de mi abuelo vivió en la época del presidente Juárez,
su padre fue contemporáneo del cura de Dolores Hidalgo,
él y su mujer emigraron al sur, donde sentaron cabeza.
Tenía un don de imaginación, sensibilidad y bondad.
Trabajó arduamente durante su larga existencia,
construyó una casa modesta con sus propias manos,
abrazaba a su mujer con amor y cariño,
agradecido de tenerla consigo, y darle hijos;
sabía que las guerras son injustas,
matar o morir destruía vidas, haciendas, familias.
Destruía ilusiones. Sus hijos vivirían tiempos mejores.
Los hijos de sus hijos vivirían la modernidad
iniciada en su primera etapa por el presidente Díaz.
Y los nietos de sus nietos conocerían el Internet,
tendrían un automóvil nuevo, serían, como él,
sensibles, imaginativos, bondadosos.
También observarían el amanecer, con ilusión.
Y lo imaginarían a él, pensarían en sus antecesores,
como él piensa ilusionado ahora en nosotros.
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