sábado, agosto 28, 2010

La traición

En mi deambular nocturno por el muelle,
observé una triste sombra de mujer
que sonreía, me acerqué, sonreía
conmigo, me acerqué aún más, su
sonrisa era cómplice, sonreía conmigo.

Nos dejamos llevar por la brisa en
el muelle, bajo una lluvia inclemente,
los dos fantasmas flotando en medio de
la oscuridad, una figura de mujer
sonriendo, una sombra encantada de
mujer, radiando inteligencia, una
sombra difusa en medio de la brisa,
encantó mi deseo.

El hades me destinó este encuentro,
una mujer que no debió estar aquí,
una encantadora poetisa, feliz en
el amor, dichosa en la escritura,
la muerte fue incapaz de oscurecer
su rostro, una belleza robada que
no debió estar aquí, mas sin embargo,
no se opuso a mi agreste compañía.

Flotábamos felices en medio de las
sombras, divagábamos y parecía
que disfrutáramos el uno al otro,
la tomé de un hombro y ella cogió
mi mano para no dejarme huir,
nos mecíamos deliciosamente
en medio de las otras sombras.

Éramos felices encendiendo nuestros
ojos, era increíble estar aquí,
danzando entre la niebla, ella
feliz con mi alegría y yo feliz
en medio de los muertos, flotando
en el camposanto junto al muelle,
esta era la noche de su muerte,
bendita noche, deliciosa noche,
fue increíble enamorarse aquí.
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