Llovía recio, caía una tromba y
encontré a un viejo amigo del trabajo
mojándose como un sapo.
¿Qué haces? -le dije;
¿mojándote como un sapo?
Espero al jefe del trabajo de la
competencia -contestó,
me pagará algo por cortar la hierba
y destapar la cañería.
Eso dijo. Y me sentí mal.
Nuestra compañía era mucho más grande
que la competencia y ahora uno de los
nuestros mendigaba trabajo,
nadamenos que en la casa del jefe de
la compañía pequeña
si yo tuviera más energía también tendría
necesidad de ese trabajo
con el paso del tiempo no hemos sabido
hacer fortuna
sino deudas
uno se siente mal, pero por ninguna
circunstancia deseariamos estar en los
pantalones de ese hijo de perra materialista
amargado como todos, con una gran estrella
del éxito en la frente
un gran tipo que aparece en los diarios
y es señalado como ejemplo de un gran
pequeño empresario
una máquina energética, que pelea a muerte
la posesión de cada centavo en el mercado
y que no tiene tiempo para sentarse al
pórtico de casa,
para ver caer el sol, tranquilamente
y tomar una cerveza
no, de ninguna manera.
jueves, agosto 16, 2007
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