domingo, agosto 29, 2010

El último tango

Hay una chica que insiste en repetir
el papel que realizó María Schneider,
ella dice que yo soy Marlon Brando
y que debemos reunirnos en su casa
y actuar.

Pero yo no soy Marlon Brando,
no vivo en Paris y no quiero morir,
todavía.

La chica es muy linda, es tan linda
como una paleta de frutas jugosas,
pero me lanzó un ultimátum:
"si no ejerces de Brando, buscaré
otra pareja".

Me embriago en la casa con Whisky
y arrojo la botella en el cesto.

¿Porqué no puedo ser Marlon Brando?

Destapo una botella de vino argentino,
escucho un disco de milongas y tangos.
Y bailo entre sombras.
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