percibo en la humedad circundante el frío atroz
que me escalda en los huesos
pero sobre todo el silencio abismal enmudeciendo
el entorno, el éxtasis del corazón ó un concierto de Köln
que se cae a pedazos
no se mueven los brazos y algo, algo extraño como
hormigas desnudas invaden mi piel y el cerebro
un golpe de tambor que asciende en el pecho
mi corazón pertenece a la muerte, no entiendo
tanta maldad en la vida, tanto salvajismo en la naturaleza
así es la Poesía cuando la llevo al éxtasis
como una locura, enloquezco y descubro
mi propia sepultura y yo aún vivo y dentro.

2 comentarios:
Edgar, no pares de escribir.
Gracias
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